10 consejos para el uso correcto del chupete

En aquellos bebés que tomen el pecho de la madre, lo mejor es introducir el chupete una vez iniciada la lactancia y bien establecida:

• Fijación correcta y eficaz al pecho
• Producción adecuada de leche por parte de la madre 
• Crecimiento de peso regular

No hay indicaciones concretas de tiempo ya que un buen inicio de la lactancia materna puede variar mucho para cada pareja madre-bebé, desde unos días hasta unas semanas. También es aconsejable, hasta los 6 meses del recién nacido, fomentar y apoyar la lactancia materna a petición y de forma exclusiva, recordando no utilizar chupete para alargar el tiempo entre tomas o para intentar apaciguar el hambre del bebé .

Aunque un chupete con geometría anatómico-funcional, como el Chicco PhysioForma, favorece la posición de la lengua hacia adelante y hacia arriba, creando una condición ideal para abrir las vías respiratorias y favorecer así la respiración nasal fisiológica, sigue siendo importante garantizar siempre una correcta higiene nasal del bebé: lavar con solución fisiológica, ajustando la cantidad de líquido y la posición del bebé según la edad, para prevenir y tratar la rinitis con el fin de reducir el riesgo de obstrucción nasal con la consiguiente tendencia a respirar por la boca.

Cuando no se habla ni se come, los labios están cerrados, la lengua "en reposo" se coloca alta y adelante sobre el paladar con la punta apoyada detrás de los incisivos superiores cerca de la primera arruga palatina. Además de elegir un chupete anatómico-funcional para favorecer la posición natural de la lengua, es buena idea comprobar la posición de reposo labial y lingual, en ausencia de chupete, tanto mientras el bebé está despierto como durmiendo para verificar su oportunidad. También es aconsejable, en ausencia de obstrucciones nasales, cerrar la boca del niño durante el sueño aplicando una ligera presión debajo del mentón para favorecer la correcta colocación de la lengua en el paladar. 

Si un bebé no mantiene una postura labial y lingual adecuada, además de un examen de otorrinolaringología para comprobar la presencia de obstrucciones respiratorias, está indicada una evaluación logopédica para investigar una posible alteración del frenillo lingual.

Aunque el chupete se considera la principal herramienta para calmar al recién nacido y facilitar el conciliar el sueño, es aconsejable que los padres también combinen otras estrategias para relajar y favorecer el sueño del recién nacido: contacto, mecerlo o caminar, actividades que estimulen el sistema vestibular, masajes, cambios de posición, voz tranquilizadora, etc. A medida que el bebé crece, también debe aprender a desarrollar, gracias a la ayuda y mediación de los padres, otros métodos de afrontamiento para resolver posibles crisis emocionales . A la hora de conciliar el sueño de los niños y niñas más grandes, es recomendable establecer una rutina de sueño que incluya también otras hábitos como leer un cuento o una canción de cuna. Llegado el momento, abandonar el chupete será menos traumático.

Para favorecer el desarrollo de una correcta sensibilidad intraoral en los niños, es importante favorecer, desde los primeros días, la higiene bucal de las encías primero y luego de los dientes, pero también hacer que los bebés tengan experiencias con la boca: ofrecer objetos seguros y diferentes en cuanto a material, textura, temperatura como mordedores refrescantes. Con el inicio del destete ofrecer alimentos, de forma segura, con diferentes sabores, consistencias, temperaturas y viscosidades.

Con la introducción de la alimentación complementaria, el bebé pasa de un método de alimentación basado en la succión a un método basado en la masticación, que es un acto bucal más maduro y requiere un movimiento vertical de la lengua hacia el paladar. Además de utilizar un chupete anatómico-funcional, es buena idea que los niños y las niñas se expongan puntualmente a alimentos sólidos y, en casa, durante las comidas, al uso del clásico vaso para beber agua. Todo esto ayudará a fomentar movimientos orales más maduros .

Es posible que el bebé quiera el chupete después de las comidas: esta necesidad debe considerarse normal y fisiológica ya que la succión no nutritiva, que se expresa a través del chupete, es muy importante para la digestión del recién nacido porque estimula la tejidos alrededor de la base de la lengua para producir enzimas útiles para la digestión. Sin embargo, si el bebé sufre trastornos gastrointestinales, lo mejor es contactar con el pediatra, quien evaluará las posibles alergias, intolerancias o la inadecuación de la dieta del niño o la niña.

Después de los 6 meses, con el inicio de la fase de balbuceo primero y luego el habla, se recomienda reducir la frecuencia de uso del chupete durante el día, pero sobre todo limitar el uso del chupete durante las interacciones sociales del bebé, tanto con los adultos como con otros bebés, porque es en estas ocasiones cuando más se estimula el lenguaje.

Es recomendable limitar total o parcialmente el uso del chupete en caso de infecciones de oído recurrentes. Sin embargo, la mayor incidencia de infecciones de oído se produce a partir de los 2-3 años de vida, edad en la que se desecha el chupete.

Para la prevención de la otitis media aguda es importante subrayar que existen otros factores de riesgo para la aparición de esta condición patológica: según las Directrices de la SIP, Sociedad Italiana de Pediatría, lo mejor es evitar la exposición al tabaquismo pasivo, fomentar lactancia materna exclusiva e implementar medidas de higiene en las comunidades infantiles.

Esterilice siempre bien el chupete, al menos durante los primeros 6-9 meses de vida, para reducir el riesgo de infecciones gastrointestinales y colonización por cándida oral. Si cae al suelo, no se lo ofrezca al bebé y no lo limpie introduciéndolo en la boca del adulto. No sumerjas el chupete en edulcorantes para reducir el riesgo de caries.

En general, es una buena práctica comprobar siempre el estado del chupete y sustituirlo ante los primeros signos de deterioro o rotura. Por último, nos gustaría recordarte que si se va a ofrecer el chupete una vez iniciada la lactancia, se debe desaconsejar su uso a partir de los 2 años y suspenderlo por completo a partir del tercer año.