Cómo y cuándo quitarle el chupete a tu bebé
Tiempos y estrategias para prescindir del chupete sin estrés
Durante los dos primeros años de vida, a la función nutricional fundamental se suma la finalidad no nutritiva de la succión. La succión no nutritiva a menudo se asocia con momentos de relajación y estrés emocional, ya que sirve como medio para calmar al bebé.
El chupete es un precioso aliado para ayudar a los niños a regular las emociones y la relajación. Lo importante es utilizarlo correctamente y desecharlo una vez cumpla la edad adecuada. Veamos juntos los tiempos y estrategias más habituales para ayudar a los niños a prescindir de él, de forma gradual y respetuosa.
¿Cuándo quitar el chupete?
La edad ideal para quitarse el chupete es un tema debatido. De hecho, no es posible indicar un momento preciso.
Las directrices de la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomiendan comenzar a retirar el chupete durante el tercer año de vida, de forma gradual, para discontinuarlo cuando el niño tenga 3 años. para prevenir problemas dentales y del habla. Según otros expertos, el chupete se debe abandonar progresivamente entre los 6 y los 12 meses, para reducir el riesgo de infecciones de oído.
Alrededor de los 2 años su uso puede y debe reducirse progresivamente, ya que el niño se vuelve más autónomo emocionalmente y debería haber desarrollado, con la ayuda de los padres, estrategias de consuelo más adecuadas a su edad.
¿Cómo quitar el chupete? Un enfoque gradual y compartido
La elección de cómo quitar el chupete es tan importante como cuándo, ya que es fundamental para favorecer el desarrollo emocional del niño, proporcionándole las herramientas necesarias para comprender y afrontar la frustración y la ansiedad.
Quitar el chupete sin traumatismos requiere tiempo y respeto por las emociones del niño. Se trata de un proceso delicado, también porque no existe un método realmente definido en este sentido. Hay algunos consejos que se pueden seguir en este caso:
- Reducir gradualmente el uso del chupete: puedes empezar a quitarlo durante las horas de vigila y las siestas diurnas. Posteriormente, se puede intentar eliminar el chupete incluso durante la fase de sueño vespertino y, más tarde, durante la noche. Eliminar el chupete de un día al otro puede tener consecuencias negativas, sobre todo si no se oferecen y adquieren otras herramientas de autorregulación.
- Involucrar al niño en el proceso de toma de decisiones: reconocer y tomar en serio sus emociones y buscar juntos alternativas para superar la frustración. Por ejemplo, podeis acordar juntos un lugar para poner el chupete durante el día, haciendolo poco a poco menos accesible. De esta manera, se transmite el mensaje de que el chupete no está prohibido, pero tampoco fomentado, y al mismo tiempo se puede explorar fuentes alternativas de consuelo, como los abrazos de los padres, la lectura de un libro o la escucha de una canción.
- Gestionar una transición a la vez: Es recomendable evitar eliminar el chupete durante otros periodos de transición importantes, como el inicio del colegio o la llegada de un hermano, para evitar una sobrecarga emocional.
- Premia al niño cuando logre pasar las etapas de conciliar el sueño o las primeras noches sin chupete, haciéndolo sentir grande y seguro.
Cómo quitar el chupete por la noche
Dejar el chupete por la noche representa la última, pero también la más delicada, etapa del proceso paulatino de separación del chupete. Este momento es crítico ya que el niño percibe el acto de quedarse dormido como un momento de desapego de las figuras de apego.
Para retirar con éxito el chupete por la noche, es importante establecer una rutina de sueño que incluya rituales tranquilizadores. Estas pueden incluir leer un cuento juntos, pasar más tiempo abrazándolos y proporcionarle un objeto familiar, como un osito de peluche o una manta, que pueda brindar comodidad y seguridad al bebé durante la noche.
El niño debe participar activamente en la decisión de no utilizar más el chupete mientras se queda dormido. Muestre apoyo emocional y comprensión durante el período de transición, especialmente si el niño muestra resistencia.
Seguir este consejo y adaptar el enfoque a las necesidades individuales de su hijo puede hacer que este proceso sea más sencillo y menos estresante para todos. Recuerda que cada niño es único, por eso es importante ser empático y respetar el ritmo individual de cada pequeño durante esta delicada transición.