Mujer y madre: dos roles que pueden convivir

Convertirse en madre no significa olvidarnos todo lo que hacíamos antes. El nacimiento de un niño ciertamente trae muchos cambios importantes, especialmente durante los primeros meses, pero necesitamos encontrar el equilibrio y redescubrir quiénes somos. Un viejo proverbio africano dice: "Se necesita todo un pueblo para criar a un niño", lo que nos da una idea de cuánto tiempo, energía y coraje se necesita para criar a un niño y con qué frecuencia las responsabilidades y los sacrificios tienden a recaer en la madre. Toda madre necesita aprender a tener tiempo para sí misma, de acuerdo con su estilo de vida que tenía antes de quedarse embarazada. Necesita tiempo para hacer deporte, ir de compras, ir a la peluquería y salir por la noche con sus amigos, porque no solo será bueno para su salud mental, sino también para el bebé.

Las madres pueden sentirse solas y con un cierto sentimiento de culpa. En ocasiones se enfrentan a preguntas como:

• ¿Por qué no vuelves a trabajar?
• ¿Por qué no renuncias a tu trabajo?
• ¿Por qué no lo llevas a la guardería?
• ¿Por qué quieres llevarlo a la guardería?
• ¿Por qué lo están criando sus abuelos?
• ¿Por qué sus abuelos no lo están criando?

La lista podría seguir y seguir. Más de lo que nos gustaría, las mujeres se encuentran en una encrucijada: ¿debería ser madre o mujer profesional? Todavía hoy, las mujeres se ven obligadas con demasiada frecuencia a dejar sus trabajos, reducir su jornada laboral o hacer un trabajo diferente para poder conciliar el trabajo con las necesidades de un niño pequeño.

Es necesario tomar decisiones que ayuden a las mujeres a ser madres mientras continúan trabajando y alimentando sus intereses personales: hacer deporte, practicar sus aficiones o tomar un café con sus amigos. Así que como primer paso, debemos librarnos del sentimiento de culpa de “no ser lo suficientemente maternal”, porque también tenemos otros intereses como mujeres.

No se puede negar: la maternidad cambia a una mujer, y casi siempre para mejor. Aprendemos más y somos más sensibles a estos cambios.

Cuando nos convertimos en madres, de repente ya no es solo "yo", ahora es "yo y mi hijo". ¿Qué podemos hacer para ser madres sin dejar de ser mujeres?

• Seamos directas y pidamos ayuda a nuestra pareja, compartiendo la responsabilidad de criar a los niños.
• Planifiquemos con anticipación, busquemos una instalación o una persona que pueda cuidar de nuestro bebé cuando decidamos tomarnos un tiempo para nosotras, ya sea para el trabajo o para otras actividades.
• Ponte en contacto con otras madres de tu zona o barrio, para crear una red de apoyo tanto formal como informal.
• Cuida tu cuerpo y tu mente. El cuidado personal es una parte muy importante de ser madre: trata de reservar algo de tiempo para ti, para cuidar tu bienestar físico y mental.
• Centrémonos en el presente y no olvidemos que, aunque ahora somos madres, debemos permanecer fieles a nuestras prioridades y nuestra identidad. Toda madre es una mujer y toda mujer es una persona.