EDUCAR A LOS NIÑOS EN LA AUTONOMÍA: CÓMO ORGANIZAR LOS ESPACIOS DOMÉSTICOS

Dejar que un niño haga las cosas de forma independiente, siendo libre de hacer las cosas por sí mismo, fomenta la autoestima en él favoreciendo el desarrollo de sus habilidades y destrezas tanto físicas como mentales. Un niño que intenta hacerlo solo está creciendo, midiéndose y madurando a través del ejercicio concreto y la experiencia real. A los niños les encanta participar, imitar a mamá y papá, hacer lo que hacen. Alentándolos y creyendo auténticamente en sus capacidades, haciendo sentir nuestra presencia y nuestra disposición a intervenir en caso de necesidad, fortalecemos su autoestima y los guiamos hacia la conciencia de poder manejarse por sí mismos, sentando así una base sólida para una estructuración saludable de la personalidad.

Cuando hablamos de libertad, nos referimos a esa sensación de "liberación" de la vida de los niños de los obstáculos que impiden su normal desarrollo: en este sentido, la libertad se entiende como la liberación del niño. Dentro de la casa, los pequeños se encuentran con frecuencia con obstáculos que les impiden actuar y moverse libremente. Basta con pensar en los interruptores de la luz, las manijas de las puertas: todos son objetos de gran tamaño en comparación con la altura de un niño.  Por lo tanto, el medio ambiente tiene una importancia central. De hecho, el entorno preparado es, a todos los efectos, un maestro de independencia y autonomía, y por lo tanto una fuente de aprendizaje y crecimiento. Si nuestra tarea como educadores y/o padres es ayudar al niño en la medida de lo posible a que lo haga por sí mismo, será fundamental trabajar en la preparación y cuidado del entorno: preparando los espacios adecuados, organizados, damos a los niños la gran oportunidad de intentar en cualquier momento del día hacerlo por su cuenta, a su ritmo y con sus propias capacidades.

No hace falta mucho para que los más pequeños se sientan bien, amueblando y organizando un ambiente hogareño que les haga autónomos en la realización de sus actividades con la intención de crear espacios de estimulación y alegría, fomentando así el aprendizaje. A continuación, te damos algunos consejos prácticos sobre cómo reducir los impedimentos para los más pequeños, haciendo así de nuestro hogar un lugar adecuado también para nuestros hijos:

• Bajar los objetos dedicados a los niños: para que los espacios sean utilizables y accesibles, el consejo es destinar la parte superior del mobiliario a los adultos, dejando así un espacio libre en la banda más cercana al suelo a la altura de los niños para guardar los objetos de los más pequeños, como en el caso de las estanterías o percheros.
• En circunstancias en las que no es posible bajar objetos, como lavabos en el baño o encimeras en la cocina, se debe encontrar una manera para que los niños puedan llegar más alto. Se puede utilizar un asiento elevador transportable para levantar a un niño en cualquier ocasión. Si un niño tiene un asiento elevador que es fácil de manejar y que sabe que puede usar, tiene una alternativa segura y práctica a las sillas u otros trucos impredecibles.
• Establezcamos un lugar para todas las cosas de nuestros hijos, hagámoslas parte integral del contexto e incluso el desorden será contenido y contenido. Los objetos deben ser accesibles y visibles, a los niños les gusta encontrar sus cosas, elegirlas y cogerlas por su cuenta.
• Incluso en el caso de la ropa y el calzado, dedicamos los espacios más bajos dentro de los muebles de la casa a los niños y nos aseguramos de que sean accesibles directamente desde ellos: en el dormitorio, por ejemplo, podemos preferir el uso de muebles pequeños incluso sin puertas y para dormir podemos utilizar una cama de suelo de inspiración Montessori como la cuna Next2me Forever.
• A veces hay juguetes que no se pueden exponer o que ocuparían demasiado espacio, por lo que una buena solución de compromiso es dividirlos racionalmente y colocarlos en pequeñas cajas que sean manejables y prácticas para un niño en las que colocar la imagen descriptiva de lo que encierran, organizándolas con criterios.