CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A ORINAR EN EL ORINAL

La pregunta en la mente de cualquier padre es: ¿cuándo comenzar a aprender a ir al baño? Entre los dos y los tres años, el niño comienza a comprender el significado de las palabras pis y caca y, además de empezar a tener control, también puede comunicarse cuando lo necesita. Recordemos que cada niño tiene su propio tiempo y que forzar o acelerar un cambio podría incluso ser contraproducente.

A continuación, te presentamos algunas estrategias que pueden ser útiles para que los padres ayuden al pequeño a familiarizarse con este nuevo "extraño":

• En primer lugar, recuerda que a los niños les gusta imitar lo que hacen los adultos: para ellos, la imitación es la primera forma de aprendizaje, por lo que puedes mostrarles a tus hijos cómo hacerlo yendo juntos al baño. Con los niños, recuerda que al principio puede ser demasiado difícil pedirles que se pongan de pie mientras orinan, como hace su padre o su hermano mayor: el consejo, por tanto, es esperar a que pasen otras fases importantes.
• También puedes usar una muñeca para mostrar cómo hacerlo, especialmente con las niñas pequeñas.
• Hay libros que cuentan de una manera divertida y atractiva cómo ir al baño y usar el orinal.
• Vayan juntos a comprar el orinal, tal vez dejando que tu pequeño elija el color que prefiera.
• Guárdalo en un entorno donde tu hijo pueda recogerlo fácilmente cuando lo necesite.
• En los primeros días, llévalo a los entornos donde el niño juega o pasa la mayor parte del tiempo: le ayudará a familiarizarse con este nuevo objeto.
• Incluso si no logra llenarlo al principio, ten paciencia y mantente cerca de él contándole una historia: necesitará un período inicial en el que familiarizarse con el puesto.

Como hemos dicho, la imitación es el proceso de aprendizaje fundamental para los niños: para que se acostumbren a orinar en el orinal por la mañana después de despertarse, después de comer o antes de acostarse, puedes hacerles compañía con un libro. Cuando entendamos que el pequeño está bastante listo y estamos en casa tranquilos, quitémosle el pañal y dejemos el orinal a la vista para que sea libre de cogerlo y usarlo según sea necesario. En este caso, la paciencia es imprescindible, no lo regañemos si se moja, sino espolearlo con un pequeño "premio" en caso de éxito. Para obtener más información, lea también Cómo quitar los pañales de los bebés.

En primer lugar, es importante aclarar que no hay reglas iguales para todos los niños: dependerá de los padres tratar de entender qué prefiere su hijo entre el orinal o el reductor del inodoro. En general, sin embargo, tenemos en cuenta que para sentirse a gusto, debe estar en un entorno a su alcance, libre de obstáculos para poder hacerlo de forma independiente. Para ello, todo lo que tienes que hacer es organizarte con unos sencillos trucos.  En los primeros días, cuando comienza la fase de "cambio de pañales", el consejo es usar el orinal: de hecho, es un accesorio apropiado siempre que los niños sean de baja estatura, la altura y el diámetro les permitan sentarse cómodamente con los pies apoyados en el suelo y las piernas dobladas "rectamente". Además, también se puede llevar a otras habitaciones de la casa porque el pequeño puede tardar mucho en ir al baño y puede querer estar en una habitación con el padre o sus juguetes al mismo tiempo. Sin embargo, recuerde guardarlo en un lugar donde sus hijos puedan tomarlo de forma independiente: durante la fase de "siesta", de hecho, sucede que, al igual que el vaso en la cocina, desempeña un papel de intermediación comunicativa y que nuestros hijos nos lo muestran precisamente para informarnos de que necesitan usarlo. También tenga en cuenta que en los primeros días el inodoro puede ser un obstáculo para sus pequeños que pueden "asustarse por este objeto alto y grande para ellos".

En un momento determinado, cuando la fase de "siesta" está en marcha, el bebé comenzará a mostrar signos de querer imitar a mamá y papá, por lo que querrá usar el baño normal. En los primeros días, cuando nuestros hijos aún son pequeños, recomendamos el uso de un reductor de inodoro suave para cambiar el tamaño del asiento, asegurando que el niño no sienta la sensación de caer con su trasero en el inodoro, pudiendo así relajarse y concentrarse.  En altura, en cambio, es necesario facilitar el uso del inodoro mediante el uso de una contrahuella o una plataforma, con la que el pequeño pueda llegar hasta el borde sin tener que subir y sobre la que pueda apoyar bien los pies mientras está sentado en el inodoro. La transición del orinal al baño de los adultos también facilita los desplazamientos y los desplazamientos, acostumbrando ya al niño a lo que encontrará a su alrededor. En los primeros días, cuando te vayas de vacaciones, considera llevar el reductor contigo.