La libertad para moverse del bebé
En los primeros meses el bebé necesita experimentar con total libertad sus habilidades motoras.
Los meses van pasando de prisa y nuestro bebé nos regala cada día nuevas emociones. Ya no transcurre todo el tiempo entre tomas y largos sueños, ahora le gusta sorprender con sonrisas y graciosos intentos de juego. Siente curiosidad por el ambiente a su alrededor y gracias a una mayor coordinación de movimientos levanta y mueve la cabeza, fija la mirada en sus muñecos e intenta alcanzarlos con las manitas para agarrarlos. Le encanta salir de la cuna para ver lo que sucede en su entorno. En la alfombra grande y coloreada donde observa todo y experimenta libremente sus progresos.
Cuando está durmiendo se aconseja la posición supina, boca arriba, pero durante los primeros juegos será útil que esté boca abajo para fortalecer los músculos de cuello y brazos, evitando una presión constante en la cabeza. Poco a poco el niño intentará voltearse, pasando de prono a supino y viceversa, luego se querrá arrastrar para alcanzar los objetos que le llaman la atención. Pongamos a su disposición el instrumento idóneo: una alfombra rica en estímulos, llamativa, con muñequitos y sonajeros, también efectos luminosos y sonoros, que acompañen sus primeros juegos con melodías sencillas.
En la posición supino puede jugar con los colgantes, cambiándolos de sitio para crear nuevos escenarios; en la posición prono intentará alcanzar los animalitos y los personajes ocultos para tocarlos y presionar para que suenen. Según progresa se animará a lanzarse a nuevas experiencias sobre la alfombra: un pequeño mundo en el que, estimulado por la curiosidad y ejercitando sus nuevas habilidades, podrá afinar las capacidades sensoriales, cognitivas y motoras.